viernes, 20 de febrero de 2009

Creaciones más laboriosas


En este apartado hablaremos de dos de los trabajos más difíciles, laboriosos y queridos por nosotros. El de la parte superior se llama Barrilito y fue creado por Sandra Rodríguez, en un tiempo aproximado de 150 horas de trabajo efectivo, sin contar lo requerido para el secado de pintura o endurecimiento de algunas de sus partes. Abajo, encontramos a Puntitos creado por Alberto Rodríguez en un tiempo aproximado de 120 horas.
En la creación de Barrilito, fue muy importante encontrar su centro de equilibrio debido a su peso y a que es una pieza que se sostiene solamente con tres patas. Curiosamente, durante el armado de su alma o esqueleto de alambre, las piezas de cartonería "se van acomodando por sí mismas", lo que da por resultado, una postura aceptablemente natural; ello se puede apreciar claramente en la fotografía que aparece al centro de las referentes a la pieza citada, en donde desde una vista superior, se nota la gracilidad que poseé.
Aunque el mayor detalle y trabajo fue sin duda el pintado de fondos y la decoración de los mismos, que le tomaron a su creadora Sandra Rodríguez incontables mañanas, tardes e incluso noches, hasta quedar satisfecha con los colores y contrastes de su obra.
Por lo que a Puntitos se refiere, el mayor trabajo lo encontramos en la colocación de las protuverancias, vertebras o espinas que se aprecían en la parte posterior de toda la pieza, ya que además de ir siguiendo un orden ascendente a descentente y encontrarse muy juntos los cuellos donde nacen, tener que ocultar la base de cada una de esas espinas, fue una labor muy delicada y cansada. Amén de lo complicado de pintar mediante punteado simétrico.




SARR

lunes, 16 de febrero de 2009

Los ausentes siempre presentes

Inicialmente, nuestra afición por la cartonería, se desarrolló al idear alguna figura para ir pasando el tiempo aquellas tardes de frio o lluviosas en que no se antoja salir a la interperie. Así que un día decidimos comenzar a construir una figura fantástica parecida a lo que conocemos como alebrije y quedamos sorprendidos de lo entretenido e interesante de esa labor. Así nos fue atrapando el reto de crear cada vez algo diferente y estético que al ser visto por otros les trasmitiera alegría y asombro por el detalle de la obra y la diversidad de colores.
Deseando compartir con ellos ese gozo, fue que empezamos a impartir un taller de cartonería en nuestro humilde hogar y ante algunas peticiones, fuimos vendiendo algunas de nuestras obras, aunque la que aparece en esta imagen se la obsequiamos a uno de nuestros amigos más queridos en uno de sus cumpleaños. La tristeza que sentimos al desprendernos de él, se ve subsanada con el regocijo que nos proporciona nuestro amigo al ver que le ha asignado un sitio decoroso y honorífico en su hogar a nuestra obra. Esa es otra de las fascetas de nuestro trabajo, el saber decirle adios a nuestras creaciones, que en honor a la verdad, siempre son adquiridas por personas sensibles que saben valorar el trabajo artesanal.


Paraguas es el nombre de el trabajo que está encima de este texto, la razón es muy sencilla, hace una año aproximadamente encontramos en una tienda departamental un paraguas que realmente era muy útil y bonito, pero muy caro. Así que acordamos comprarlo algún día, y estando próxima la temporada de lluvias, pensamos que con lo que cobremos de la creación de esta pieza, bien podremos comprarnos el citado paraguas. Así que para distinguir en la casa a esta nueva pieza de cartonería, le dimos ese nombre, que además es muy original. En el extremo inferior de este apartado, se encuentra el link o liga por la que pueden ustedes acceder a un breve video en que se aprecia de forma diferente nuestro trabajo. Nos disculpamos de antemano, pues somos mejores cartoneros que camarógrafos o actores, gracias por su interés y un abrazo.

http://www.youtube.com/watch?v=PJ34hXGLe2k
SARR

*En la foto Andy, hibrido de reptil con murciélago, antílope, serpiente y pez.

viernes, 13 de febrero de 2009

Primeras creaciones

Hace muchos años, cuando los niños jugabamos con la imaginación y el auxilio de sonoras canicas de cristalinos colores, o pedazos de madera habilmente torneados por maestros artesanos que de la nada hacían brotar veloces trompos, que magicamente se sostenían en un pequeño trozo de metal y veíamos asombrados volver a nuestra mano los dos discos de madera que unidos por el centro se deslizaban una y otra vez por ese pedazo de cuerda trenzada, el trabajo de nuestros artesanos pasaba desapercibido para nuestras reflexiones infantiles que solo deseaban regocijarse en lo sencillo y bello de nuestros juegos. Quizá entonces, fue naciendo en nosotros los mexicanos de antes, el gusto y el aprecio por las obras de nuestros creativos artífices nacionales.
Aquellos juguetes de palma tejida o tallados en madera, y ni hablar de esas piezas de barro o carrizo forradas de papel de mil colores, que tanta algarabía provocaban entre chicos y grandes por la emoción de obtener parte de su contenido.
Esa ilusión por el trabajo manual, que contiene parte del espíritu de quien crea los trabajos, es una de las razones que nos motivaron a los autores de este sitio a ir creando nuestras propias obras para que sean admiradas y trasciendan en el tiempo, igual que nuestro amor por las tradiciones artísticas de este gran país que es México.

SARR

* Arriba y abajo la imagen de Florentino, primera creación de cartonería de la maestra Sandra Rodríguez G., abajo, Boquita, primera creación del maestro M. Alberto Rodríguez V.

jueves, 12 de febrero de 2009

Algunos retos del trabajo como cartoneros


BETITO

Elaborar una figura en esqueleto es un trabajo muy complejo, más si estás dispuesto a respetar la estructura real de una persona o animal. Hacer huesos en papel, representa como principal dificultad, que casí no hay un cuerpo o espacio para sujetar la pieza. Así que debes elaborar amarres muy precisos para que la figura se sostenga y luzca bella.

El trabajo que aparece en esta foto se llama Betito en honor a su autor y fue creado cuidando muy especialmente su centro de equilibrio, ya que está apoyado solo en tres puntos y el peso de su brazo derecho y cabeza son considerables.

Tocó a Sandra la laboriosa tarea de pintar su cuerpo, siendo la caja toráxica y el interior de su cráneo la parte que más dedicación y cuidado requirió para su pintado.

1.- En la foto el maestro M. Alberto Rodríguez V., mientras le daba una base de sellador y solidificador a la estructura.